Los números
Superficie 85 km² (Gobierno de Puerto Rico)
Habitantes 46,477 habitantes (2016, estimado del Censo)
Dato600 refugiados
Dato5 casos de Leptospirosis
María deshizo lo poco que Irma dejó en pie en Canóvanas
El municipio fue fuertemente azotado por el huracán cuando aún no se había recuperado de los estrados que provocados por el ciclón Irma.
El huracán María provocó estragos en todos los municipios de Puerto Rico, pero en Canóvanas fue aún peor. Este ciclón en el límite de las categorías 4 y 5 de la escala Saffir-Simpson acabó con lo poco que había dejado en pie el huracán Irma, que hacía 14 días había azotado al pueblo que tuvo que ser declarado zona de desastre.
"Destrozado, así dejó a mi amado pueblo el huracán María. Pero no nos quitó las ganas de seguir ayudando a nuestra gente y estamos en control”, expresó la alcaldesa Lornna Soto Villanueva.
Calles intransitables por inundaciones, árboles caídos, tendido eléctrico, escombros, vehículos volcados, hogares y negocios destruidos fueron parte de la devastación que sufrió este municipio de la zona este del país. De hecho, los puentes de los sectores Palma Sola y Cambalache colapsaron, al igual que la cancha de baloncesto de la Escuela Intermedia Antonio R. Barceló.
"Los campos los tenemos incomunicados, se cayeron puentes. El CDT (Centro de Diagnóstico y Tratamiento) sufrió daños y en medio de la tormenta se tuvo que desalojar un área a otra, pero el servicio lo hemos mantenido. El Cuartel de la Policía Municipal sufrió daños. Canóvanas tiene muchas comunidades inundadas, carreteras donde la brea se salió. El impacto fue devastador”, detalló la alcaldesa.

Rescatistas socorren mascotas en Canóvanas tras el paso del huracán María.
Fue en medio de este escenario de inundaciones y aguas estancadas que se registraron los primeros casos de leptospirosis, una enfermedad causada por la bacteria leptospira y que se transmite a las personas por el contacto con la orina de animales infectados.
La primera muerte reportada en el municipio asociada a esta enfermedad fue la de Jorge Antonio Sanyet Morales, de 61 años, quien acudió a un manantial que se ubica en el barrio Cubuy, a buscar agua.
Según la alcaldesa, el foco de la infección fue el manantial del cual Sanyet Morales sacó agua, una semana antes de morir. En ese momento, la funcionaria hizo un llamado a los canovanenses a no bañarse ni consumir agua de los manantiales.
En sus primeras declaraciones al respecto, Soto Villanueva señaló que nueve personas se habían contagiado en la zona y que cinco residían en Canóvanas. Por eso, urgió al Departamento de Salud para que trabajara en prevenir esta y otras enfermedades.

Vista aérea de Canóvanas muestra las torres de electricidad caídos a raíz del paso del huracán María.

Un operador de una retroexcavadora recoge escombros y muebles arruinados por el huracán María.
Horas después de que trascendiera esta información, la epidemióloga del Estado, Carmen Deseda, rechazó que se hubiera reportado alguna muerte a causa de leptospirosis, asociada al paso del huracán María. Pero en Canóvanas insistieron en que sí hay una relación entre los casos y el desastre dejado por el ciclón.
Los síntomas de la leptosperosis incluyen fiebre alta, dolor de cabeza, escalofríos, dolor muscular, vómitos, ictericia, dolor abdominal, diarrea y “rash”. Si es diagnosticada a tiempo, el tratamiento con antibióticos suele tener muy buena evolución, pero si su detección es tardía puede provocar la muerte.
Por otra parte, en Canóvanas cerca de 600 personas tuvieron que refugiarse ante el paso del huracán. Muchas, ya habían perdido sus casas con el huracán Irma que había pegado en el municipio el 6 de septiembre de 2017.
Luego de la emergencia, algunos vecinos regresaron a sus casas, pero tuvieron que volver a los refugios ya que se encontraron con que sus propiedades no estaban en condiciones de ser habitadas.
La municipalidad estableció como refugios por la emergencia la Escuela Vocacional William Rivera en la carretera PR-188, la Escuela Luis Hernáiz Veronne en el casco urbano, la Escuela Georgina Baquero del barrio Cubuy y la Escuela Juana Rodríguez Mundo en la urbanización Loíza Valley. Allí les dieron cobijo a los canovanenses y a sus espíritus doblemente golpeados.
El río Grande de Loíza inunda terrenos en Canóvanas.