Los números
Superficie 73.6 km² (Gobierno de Puerto Rico)
Habitantes 19,699 (2016, estimado del Censo)
Dato4,342 viviendas afectadas
Dato1,537 pérdida total de viviendas
María embraveció al río La Plata y Comerío revivió una pesadilla
Los efectos del huracán fueron similares a las inundaciones de la víspera del Día de Reyes de 1992
Montañas de fango de hasta un pie de alto, peces aleteando en busca de un charco donde mantenerse con vida, automóviles enganchados en lugares impensables y pilas interminables de escombros fueron los rastros que dejó en las calles de Comerío el huracán María al desatar la furia del río La Plata y provocar que este se saliera de su cauce.
El 21 de septiembre de 2017, un día después de que el huracán entrara como categoría 4 y vientos sostenidos de 155 millas por hora, la destrucción en las zonas aledañas al río La Plata fue total.
Cuando llegó la calma, cientos de vecinos se enfrentaban a otra tormenta: la de ordenar sus hogares cubiertos de fango.
A ese escenario, se sumó la conmoción y el efecto traumático que muchos manifestaban tras haber desafiado el nivel de las aguas y la fuerza de los vientos para poder salir con vida de sus casas en plena embestida del huracán.
La imagen del pueblo devastado por la crecida del río trajo a la memoria de los vecinos el doloroso recuerdo de las inundaciones ocurridas durante la víspera del Día de Reyes de 1992 en las que murieron al menos 20 personas y se produjeron daños por más de $50 millones.

Vecinos recorren el casco de Comerío tras el impacto del huracán María.
La historia se repetía entre los residentes en las zonas históricamente inundable. La mayoría se quedó en el lugar a esperar a María y no desalojaron la zona porque con el huracán Irma, que había pasado cerca de Puerto Rico dos semanas antes, no había pasado nada. Pero lo que Irma no pudo, María sí lo logró y aquel recuerdo de hace 25 años brotó del agua a flor de piel.
En el casco urbano, “la quebrada”, como le llaman los locales, invadió negocios y residencias, el nivel del agua superó los 8 pies. A esa altura quedaron las marcas color marrón rojizo tatuadas en las paredes de las estructuras.
Se estima que en la llamada “Cuna de Trovadores”, las residencias afectadas son al menos 4,342. De ese total, 1,537 fueron declaradas pérdida total. Mientras que las impactadas por derrumbes o que están en peligro por deslizamientos de terreno suman 111. El resto tuvo daños parciales.
Los negocios perjudicados ascienden a 45, según datos provistos por el municipio.
De igual manera, unas 30 estructuras públicas, entre ellas la alcaldía, la Casa de la Cultura Cacique Comerío, el Centro de Acopio y Reciclaje y la totalidad de las instalaciones deportivas resultaron afectadas durante el temporal.

Damnificados del huracán María en la urbanización La Hacienda de Comerío observan un auto que quedó sobre la verja de una casa.

Una casa destruida por el huracán María en el casco de Comerío.
En el sector de la agricultura, las cosechas en el suelo, al día siguiente del evento ciclónico, daban muestra de la dimensión de los daños. Sin embargo, solo seis agricultores en Comerío, de los 26 registrados en ese pueblo habían reportado sus pérdidas.
A pesar de la magnitud de las inundaciones reportadas y los deslaves que caracterizan la zona montañosa, que son una amenaza constante para los residentes y conductores que transitan por la carretera 167, de Bayamón a Comerío, no se reportaron muertes directas en ese municipio.
Por otro lado, María dejó al 100% de la población sin servicio de energía eléctrica y sin telefonía. Y a solo el 5% de los habitantes con agua. Fueron los afortunados de la naturaleza. A esos vecinos, el agua les baja por el efecto de la gravedad.
Todas las carreteras quedaron incomunicadas, y como ocurrió en casi todos los municipios, fueron los propios vecinos quienes comenzaron con los trabajos de limpieza en las vías y de apertura de los accesos.

El día después del azote de María, Sandra Rodríguez observa el fango frente a su negocio en Comerío.