Los números
Superficie 37.1 km² (Gobierno de Puerto Rico)
Habitantes 14,380 (2016, estimado del Censo)
Dato85 refugiados
Dato400 viviendas dañadas
“Parece como si hubiera caído una bomba nuclear en Rincón”
El pueblo costero sufrió los daños más severos en las comunidades cercanas a la costa
La icónica imagen de árboles verdes y boyantes formando un pasadizo que solía recibir a los residentes y visitantes de Rincón, se esfumó. El verde se borró del panorama. Tras el azote del huracán María, el pueblo te recibe con troncos secos y decenas de postes del tendido eléctrico en el piso.
En la zona costera, las casas de madera quedaron destruidas. Las pocas que se mantuvieron de pie, sufrieron el azote del agua cuando el mar se entró. Según sus residentes, sobre cuatro pies de agua invadieron sus residencias, perdiendo todo lo que tenían en ellas.
“Parece como si hubiera caído una bomba nuclear”, así se expresó el alcalde municipal, Carlos López Bonilla, al describir a su municipio tras el paso del huracán María.

La mayoría de las antenas de las emisoras radiales y de televisión quedaron con sus hierros retorcidos.

Idadelma Rodríguez, perdió todas sus pertenencias cuando los vientos arrancaron el techo de su residencia en el barrio Jaguey.
Al igual que en la costa, en los lugares altos las viviendas quedaron demolidas debido a los fuertes vientos que el municipio recibió. Las antenas de las emisoras radiales y de televisión quedaron en el piso con sus hierros retorcidos.
“No quiero exagerar, pero casi el 90 por ciento del municipio está destruido. Si no fue el agua, fue el viento”, indicó López mientras esperaba que llegará un camión cisterna para aliviar una de las grandes preocupaciones tras el paso del ciclón: el agua potable.
“Necesitamos agua. La gente está llegando a la desesperación”.
Rincón, al igual que casi todos los municipios de la Isla, sufrieron el problema de incomunicación y falta de gasolina. Al no contar con un mecanismo para informar a las autoridades superiores sobre la situación, incluso a municipios cercanos, el agua potable se agotó. No contaban con un mecanismo para llenar sus camiones de gasolina para luego buscar en otros municipios como Mayagüez o Aguada, agua potable para sus residentes.
A esa situación, se sumó que parte de la carretera PR-2, en la altura de la cadena en Añasco, parte de la montaña cedió, lo que provocó inundaciones. Eso imposibilitaba el paso hasta otras áreas para poder informar de su situación.

Una joven de Rincón se baña en el charco que cae del techo de una residencia.

Esta residencia en el barrio Atalaya se volvió inaccesible a causa del colapso de la carretera.