Los números
Superficie 299 km² (Gobierno de Puerto Rico)
Habitantes 29,564 (2016, estimado del Censo)
Dato300 refugiados
Dato25% de casas sin techo
Utuado se estremece con la muerte de tres hermanas
Este pueblo quedó incomunicado tras el paso del huracán María luego que colapsaran puentes, carreteras y cientos de casas quedaran a la intemperie
Derrumbes, deslizamientos, ríos y quebradas fuera de su cauce, carros volteados, árboles, postes y cablería del tendido eléctrico por todas partes, casas sin techo y otras pendiendo de un hilo a punto de caer, fueron algunos de los estragos que causó el huracán María en Utuado.
Familias y vecindarios incomunicados, fincas destrozadas, escombros por todos lados, lodo dentro de las viviendas y comercios clausurados, se añaden a los efectos del fenómeno atmosférico.
Ya temprano en la mañana del miércoles 20 de septiembre, la Oficina de Manejo de Emergencias Municipal (OMME) quedó incomunicada. Ni agua ni luz -la planta eléctrica colapsó- y jamás se supo la trayectoria de María; ni siquiera cuando el ojo pasó sobre la zona. Mientras, se escuchaban “explosiones” cuando los vientos inmisericordes de María hacían añicos las cepas de bambúas.
Incluso, la oficina de OMME se convirtió en un colador gigante cuando empezó a filtrarse el agua por el techo y las ventanas amenazaban con abrirse.

Entre escombros y deslizamientos, el paso del huracán María dejó a Utuado prácticamente incomunicado e inaccesible.
Como se perdió toda comunicación con el exterior, los funcionarios allí lucían nerviosos ante la imposibilidad de saber si alguien necesitaba ayuda.
Una quebrada que cruza frente a OMME inundó el hospital Metropolitano de la Montaña; el paso del río sobre los puentes provocó que algunos colapsaran; y la carretera que va de Utuado a Lares, entre otras, se fue por completo.
Pero nada conmocionó más la fibra de los utuadeños y de todo Puerto Rico como la muerte de tres hermanas en el sector San Miguel, cerca del pueblo, luego que entrará un alud de tierra por una de las ventanas de la casa y las sepultara.
Lo que ocurrió ese miércoles lo narró la también hermana Hilda González.
Las mujeres de edad avanzada estaban encamadas y se habían movido allí por su seguridad ya que donde vivían, en la calle Progreso, cruzaba un río.
Hilda dijo que salió un momento cuando sintió el golpe que resultó ser un derrumbe que bajó de la casa que estaba más arriba. En la falda de la colina estaba la vivienda donde estaban las hermanas.

La corriente de los ríos, embravecidas por las lluvias que trajo el huracán amenazaron la solidez de los puentes en Utuado.

Los ciudadanos de Utuado fueron alertados de no transitar por puentes como este que sufrieron daños estructurales.
El golpe fue tan fuerte que tras entrar el fango clausuró la puerta de la residencia.
El alcalde de Utuado, Ernesto Irizarry, al conocer la noticia dijo, “eso me destroza el corazón”.
Al día siguiente del huracán, se contabilizaron 300 refugiados.
Temprano el jueves, personal de la OMME pudo ver realmente el efecto del huracán, cuando las brigadas empezaron a abrir camino en la ciudad.
Una de las áreas impactadas fue la avenida Esteves. Aquello era un caos. Vehículos hundidos en el lodo tras ser arrastrados por las corrientes, y las casas sin techo eran la orden del día.
En las brigadas trabajan decenas de vecinos que se hundían en el lodo que en ocasiones les llegaba a las rodillas. Muchos trataban de cruzar para saber de sus familiares en el otro lado.
Otros aprovecharon para montar a caballo y galopar por el terreno fangoso. “Este será nuestro medio de transporte ahora”, dijo uno de los jóvenes.
Durante En un trayecto jalda arriba con Ángel Lile Medina, subdirector de la OMME, se encontró con una familia de Arecibo que dejó el carro más adelante para subir a pie y saber de sus familiares.
Ya más arriba divisamos el alcalde, con la ropa enfangada y machete en mano, tumbando lo que encontró a su paso para poder llegar al área del pueblo.
“Vamos a echar al pueblo pa’ lante”.
“Necesitamos picar cables de la luz, tumbar árboles, limpiar las vías”, fueron las primeras palabras del ejecutivo a sus ayudantes. “Vamos a echar al pueblo pa’ lante”, aseguró.

Empleados de la Oficina Municipal para el Manejo de Emergencias comienzan a cortar un árbol que obstruye el paso en Utuado.